El tratamiento de los TCA es largo y complejo, pero debemos recordar que la recuperación es posible y que alrededor del 70% de las personas afectadas por un TCA lo superan. No hay un tratamiento único y estándar, sino que se adapta a las características de cada persona. El objetivo del tratamiento de los TCA exige que se lleve a cabo desde un equipo multidisciplinar, formado por diferentes especialistas: médico especialista, psicólogo, enfermero, educador, etc. para poder proporcionar a la persona un tratamiento integral que aborde todas las causas y consecuencias de la enfermedad.
Restaurar y/o normalizar el peso y el estado nutricional. Es decir, conseguir una alimentación saludable y normalizada. Tratar las complicaciones físicas derivadas de una alimentación inapropiada. Proporcionar educación sobre un hábito alimentario saludable. Modificar / mejorar el malestar psicológico del TCA. Esto implica trabajar, en un espacio terapéutico y acompañado de profesionales de la salud mental, sentimientos, emociones, experiencias y comportamientos que perjudican la calidad de vida de la persona. Para ello es necesario que la persona haga terapia psicológica y, en los casos que lo requieran, combinarla con un tratamiento farmacológico también. Favorecer el apoyo familiar y proporcionar asesoramiento y terapia a la familia cuando sea necesario. Prevenir recaídas
Los objetivos típicos del tratamiento incluyen restaurar la nutrición adecuada, lograr un peso corporal saludable, reducir el exceso de ejercicio y frenar atracones y purgas (comer en exceso y provocar vómitos).
Psicoterapia Control y atención médica Asesoramiento nutricional Medicamentos Algunos pacientes pueden requerir de hospitalización para tratar los problemas que causa la malnutrición o para asegurarse de que coman lo suficiente si tienen muy poco peso. La recuperación completa es posible.
Ciertas formas de psicoterapias, o terapia de conversación (verbal), incluyendo la terapia de familia y las estrategias cognitivas, han demostrado ser útiles en el tratamiento de ciertos trastornos alimentarios. La estrategia de Madsley, por ejemplo, donde los padres de los adolescentes que sufren de anorexia nerviosa asumen la responsabilidad de alimentar a su joven, parece ser un método eficaz de logar que los adolescentes suban de peso y mejoren sus hábitos alimentarios y sus estados de ánimo. Otros grupos pueden recibir terapia de conducta cognitiva para reducir o eliminar los atracones y las purgas. Estas terapias ayuda al joven a identificar patrones distorsionados o pensamientos problemáticos/negativos y cambiar creencias imprecisas/incorrectas.