En el trastorno de ansiedad social, el miedo y la ansiedad conducen a una abstención que puede alterar su vida. El estrés grave puede afectar tus relaciones, la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades. El trastorno de ansiedad social puede ser una afección crónica de salud mental, pero aprender la capacidad de afrontar en psicoterapia y tomar medicamentos pueden ayudarte a ganar confianza y mejorar tu capacidad para interactuar con otros.
La timidez o incomodidad en ciertas situaciones no son necesariamente signos de trastorno de ansiedad social, especialmente, en los niños. El nivel de comodidad en las situaciones sociales varía y depende de los rasgos de la personalidad del individuo y de sus experiencias de vida. Algunas personas son reservadas por naturaleza, y otras son más extrovertidas. A diferencia del nerviosismo diario, el trastorno de ansiedad social comprende miedo, ansiedad y evasión, que interfieren con la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras actividades. El trastorno de ansiedad social suele comenzar a principios o mediados de la adolescencia, aunque a veces puede empezar en niños más pequeños o en adultos.
Los signos y síntomas del trastorno de ansiedad social comprenden la persistencia de lo siguiente: Temor a situaciones donde podrías ser juzgado Angustia por sentirte avergonzado o humillado Temor intenso de interactuar o hablar con extraños Temor a que los demás noten que estás ansioso Temor a tener síntomas físicos que puedan causarte incomodidad, como sonrojarte, sudar, temblar o que te tiemble la voz Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas por miedo a sentirte avergonzado Evitar situaciones donde puedas ser el centro de atención Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o actividad que te da miedo Miedo intenso o ansiedad durante las situaciones sociales Después de una situación social, analizar tu desempeño e identificar fallas en tus interacciones Esperar las peores consecuencias posibles de una experiencia negativa en una situación social
A veces, hay signos y síntomas físicos que pueden acompañar el trastorno de ansiedad social y pueden ser:
Como sucede con muchas otras enfermedades de salud mental, el trastorno de ansiedad social probablemente surge de una interacción compleja de factores biológicos y ambientales. Entre las causas posibles se incluyen las siguientes: Atributos hereditarios. Los trastornos de ansiedad suelen ser hereditarios. Sin embargo, no está completamente claro hasta qué punto pueden deberse a la genética o a conductas adquiridas. Estructura del cerebro. Una estructura del cerebro llamada «núcleo amigdalino» puede influir en el control de la respuesta ante el miedo. Las personas que tienen un núcleo amigdalino hiperactivo pueden tener una respuesta exacerbada ante el miedo, la cual causa un aumento de la ansiedad en situaciones sociales. El entorno. El trastorno de ansiedad social puede ser una conducta adquirida. Algunas personas pueden desarrollar esta afección después de una situación social desagradable o incómoda. Además, puede existir una relación entre el trastorno de ansiedad social y los padres que modelan un comportamiento ansioso en situaciones sociales y que son más controladores o protectores con sus hijos.
No hay forma de predecir qué hará que una persona padezca un trastorno de ansiedad, pero puedes tomar medidas para disminuir la repercusión de los síntomas si eres ansioso: Pide ayuda enseguida. La ansiedad, al igual que muchas otras afecciones de salud mental, puede ser más difícil de tratar si no buscas ayuda de inmediato. Lleva un diario personal. Llevar un registro de tu vida personal puede ayudarte a ti y a tu profesional de salud mental a identificar cuál es la causa del estrés y qué parece ayudarte a sentirte mejor. Establece prioridades en tu vida. Puedes disminuir la ansiedad si administras bien tu tiempo y tu energía. Asegúrate de dedicarle tiempo a hacer cosas que disfrutas. Evita el consumo de sustancias no saludables. El consumo de alcohol y de sustancias, e incluso de cafeína o nicotina, puede provocar o empeorar la ansiedad. Si tienes una adicción a estas sustancias, dejarlas puede provocarte ansiedad. Si no puedes dejarlas solo, consulta con tu proveedor de atención médica o busca un programa de tratamiento o un grupo de apoyo que te sirva.